Neko

Ayer con el resacón que tenía y el sinvivir ese que me da cuando no sé muy bien que es lo que ha pasado la noche de antes, porque de estos sinvivires tan buenos he tenido pocos en mi vida. Bueno, alguno con el sinvergüenza alguna noche de fin de año, antes que vinieran a este mundo a de sufrir mi Kevin y mi Mari Carmen. Pero como el del sábado noche con sus fiebres y todo ninguno, oye. Pues mira, a las diez estaba en el cibrecafé con la Pringui y el Migue que me dijeron que ellos siempre quedaban mas tarde pero que "al igual una tía como tú pues no te mola el rollo". Yo, de verdad, estaba dispuesta a que me "molara cualquier rollo" que fuera. Pues a las diez y cuarto, nos fuímos a comer unos pinchos de chistorra, que son como los que hago yo, pero más buenos porque son de chorizo y además no los hago yo, sino que me los ponen a mí, y unas "birritas" que es así como le dice el Migue a la cerveza. Después de las "birritas" pues que nos fuimos a un "garito". Resulta que un "garito" es un bar que de día hacen cafés y de noches pues la juventud se emborracha y baila, pero yo eso tampoco lo sabía porque cuando yo era joven y salía iba a las "discos" a de bailar y de bailar. Del "garito" nos fuímos a otro "garito" más encochambroso y "privamos", que es lo que dice el Migue cuando de bebemos muchas cervezas, hasta que nos echaron del "garito" mismamente. Y al final fuímos al último "garito" que allí yo ya estaba bien "privada", que no sé porque se dice privar, de verdad, pues eso que me pierdo, que estaba tan privada que me bailé todo, todo, todo lo que me pusieron. Vamos, que hasta me hicieron un corro y todo y yo allí, dale que te pego de moviendo y de moviendo mis carnes. Conocí a otros amigos del Migue: el Pinzas, que en realidad se llama Jesús, pero le dicen el pinzas porque siempre lleva unas pinzas de las cejas y no sé muy bien por qué. También conocí al Pantoja que en realidad se llama Josemari, pero cuando "priva" se pone a cantar como una florcorica, y me invitaron a unos "chirris". Los chirris son unos cigarros echos a mano que te dan una risa que para qué. Y para acabar la noche, me pusieron una que decía todo el rato sesmachin y yo, como que me poseí por la música y el Migue pues que me sacó como pudo del bar y me trasportó a casa. Ahora estoy sin saber muy bien que pasó con el Migue, porque ayerpor la mañana, cuando pude abrir el ojo me lo ví durmiendo en los sofanes del comedor en calzoncillos. Pero lo bueno es que él dice que no se acuerda de nada. A mi me da que miente, y que lo que pasa es que no me lo quiere contar. Yo, por cierto, me siento mal pero bien, vamos, que tengo una contraindicación tremenda en el celebro.