Neko

Que quitaos la idea de la cabeza de eso de atracar el banco porque seguro que nos pillaban, que yo para eso tengo muy mala pata y no quiero meter en un lío a mis fanes que me quieren tanto y me dan tantas alegrías. Os quiero fanes. Bueno, pues a lo que voy: que resulta que el Migue vino el otro día atacado de los nervios diciendo que ya había encontrado la solución para mis problemas galácticos y entró en mi oldenador y no sé que hizo pero ahora ya puedo entrar sin el bluestop ese ni nada. Eso me dió una alegría grandísima y le dí las gracias a la virgen de la Macarena mismamente, que ella, si tuviera un blob, seguro que se haría fan mía. Fijo. Luego fuí al cibrecafé y el Rafa había puesto un letrero verde en la puerta que decía: aquí si que se puede fumar. Estaba muy contento porque se había informado en el cursillo ese que fue sobre si le iban a poner una multa y le dijeron que no, que si sus clientes querían fumar pues que lo pusiera en la puerta y ya está. Ahora el cibrecafé está hasta los topes y parece que estemos en el mismisimo Londres, que yo lo he visto en las películas del Cherloc Jom y siempre sale así como con un humo horroroso. Y digo yo: los ingleses deben tener los pulmones fatal con tanto humo ¿no? Ya me he perdido otra vez. En realidad, llevo todo el rato queriendo explicar que después de ver tanto humo, pues he decidido tomarme en serio eso de ser cartera de verdad, no en sueños, como hago siempre, que me pongo a de soñar y luego no hago nada. Pues he ido a Correos y les he preguntado que qué tengo que hacer para apuntarme para cartera y me han dado unos papeles que se llaman estancias y me han dicho que los rellene, que les ponga una foto y que se los lleve, que cuando hayan suplicios que me llamarán. Y ahora estoy esperando al Migue para que me ayude a eso de la estancia, y mientras llega, pues me he preparado un bocadillo de chorizo de cantimpalo que anima mucho a la hora de rellenar.

Que qué tiene que ver los fines de meses con mi oldenador. Pues fácil. Que lo tengo un poco roto y que no me va lo que me hizo el Migue de lamaru.net y tengo que entrar por una dirección que me ha copiado el Migue en un papel de blusestop o no sé como es eso. Que me ha dicho el Migue que él no sabe hacer más y que si quiero arreglarlo que llame a un técnico del interné que esos si que saben. Preguntarle al Rafa, pues que no me atrevo, porque en cuanto le pregunto me descuenta diez euros y la Pringui no sabe, ni el Sumaquer. Y yo me pregunto:¿porqué las desgracias no vienen solas y ahora que estamos a final de mes y que el sinvergüenza me ha dicho que no me va a pagar hasta el día cinco y el Rafa está en un cursillo de cibrecafés y a mi Kevin se la han roto las bambas que le compré en el mercadillo? A ver ¿por qué? Y yo me pregunto también: ¿que pasa si me hago atracadora de la suculsal de mi barrio y me pongo una media y me voy a todo a un euro y me compro una pistola de mentira y entro al banco y les digo que me den los dineros que como me ponga nerviosa aprieto el galillo? Y así de pensando y de pensando llevo todo el domingo y acordándome de la Maria de la O y del mardito parné y de otras cosas más peores.

Que llevo días sin escribir porque cogí un trancazo que para qué, vamos, que mi cuerpo humano no respondía a las ordenes de mi celebro porque mi celebro sólo quería que de estornudar y que de estornudar. Menos mal que el sinvergüenza se dejó todos los pañuelos y que yo los he dejado bien aprovechaítos. Pero lo peor no ha sido eso, lo peor que mi Kevin y mi Mari Carmen también cogieron el trancazo, así que parecíamos la familia Tapp, esos que cantaban canciones por el campo con la Julicristi más contenta que para qué, pero en estornudos. La culpa de todo y todo la tiene el circo. El otro día en el cibrecafé repartieron entradas para ir al circo y como mis niños nunca han visto un espestáculo de estas características, pues allí que nos fuímos los tres. Mi Kevin iba convencido que salían leones porque en la invitación se veía una señora en bikinis subida en un león, pero en la taquilla le preguntamos a la señora si podíamos ir a ver a los leones antes de que empezará lo del circo y nos dijo que no tenían leones, que estaba prohibido por el misterio de sanidad o de veterinaria o algo. Entonces mi Kevin agarró una pataleta horrorosa porque el quería ver a los leones y la señora se apiadó de mi y nos dijo que leones no, pero que nos invitaba a palomitas y a sentarnos en la primera fila. El circo estuvo bien, lo que pasa es que tenían la calefacción muy alta y nosotros que no estamos acostumbrados a esos lujos, porque en mi casa tenemos una estufa de gas y con la pobre nos calentamos todos, pues eso, que me pierdo, que nos quedamos en camiseta de manga corta y, cada vez que salía una señorita a subirse en un aro, que iba para arriba y ella se ponía para abajo, o salía otra que se subía en una cuerda y se liaba en la cuerda y se ponía también boca abajo, porque digo yo, que manía en ponerse siempre boca abajo, pues que se abrían las cortinas y entraba un aire helado que para qué. A nosotros, con la calefacción esa tan alta, pues nos parecía estupendo un airecito fresquito para el cuerpo, pero se ve que al celebro, que yo sé que es quien lo controla todo, pues que no le gustó esa idea tan buena del airecito fresco y, cuando acabó la función, ya salimos estornudando. Y así estamos...

Hoy quería explicaros una cosa de mi Mari Carmen pero como no es urgente, porque mi Mari Carmen es como una niña santa de Lurdes o algo, porque es muy buena y come muy bien y me limpia la casa y todo cuando me ve atacaíta de los nervios, pues eso, como no es muy urgente y si que lo son mis fanes, que me han pedido que escriba de mis manías de mi celebro, pues que las voy a escribir. 1. Cada vez que paso delante de la virgen de la Macarena me persigno. Bueno, ahora desde que tengo el oldenador me persigno dos veces una por la virgen y otra porque al celebro del oldenador no le dé un dolor de cabeza y tenga que dar al botón goldo. 2. Los cartones con los números de barras del puré de patatas, pues los guardo. Pero eso no lo sabe nadie porque me parece que es una tontería grandísima. Pero es que yo creo que los números esos tienen una información secreta y estoy esperando a que mi Kevin sepa mejor los números, que con lo listo que es seguro que los desdifra. 3. Cuando me pongo nerviosa me doy golpes en la pierna derecha. Eso me lo he estudiado fijamente y creo que son algunas uronas que tengo en desorientación y cuando no saben si ir para el norte o para el sur, pues obligan a mi mano a darse golpes contra mi pierna. 4. Aunque haya acabado de comer y este hartita de todo, me ponen un bocadillo de chorizo y voy y me lo como. Eso, aunque parezca que no, es una manía. 5. Y la peor es que cuando voy con mi Kevin y mi Mari Carmen a los sitios, antes de salir de casa, les aliso con la mano siete veces el jersei por detras. Pero la manía es que tienen que ser siete y no sé porqué. Y me pregunto: ¿qué cosas más raras tienen los celebros no?

Que ha venido hoy la Pringui muy alterada de la cabeza y me ha dicho que han abierto un gimnasio de esos que tienen pesas y todo, vamos de esos para hacer la alterofilización y que tiene aparatos muy modelnos y que además para que se los visite han repartido invitaciones y la Pringui ha cogido tres: una para la Mariló, que sigue con la policía en la puerta de su casa porque su sinvergüenza está dale que te pego que con él o con nadie y la pobre está que no vive. A ver, que me pierdo. Pues eso, que esta tarde hemos ido al gimnasio ese que se llama GIM YAN que yo no sé lo que quiere decir, pero me ha dicho un señor muy amable de la puerta que le han puesto un nombre como chino por eso de la filosofía del chin y el yan, que tampoco sé lo que quiere decir, pero es igual. ¡Que lujo. Pero lujo! Todo limpito con unos aparatos como esos que se ven en las películas de ciencia dicción del espacio sideral. Las tres nos hemos puesto unos chandales que tenemos para estar por la casa y nos hemos ido a unos que eran iguales, cada una nos hemos puesto en uno y, la Pringui que sabe mucho de todo esto nos ha dicho que se llama sube y baja los pesos porque tienen como una argolla para cada mano que tu te agarras, tiras de ella, te esfuerzas mucho y consigues subirlo o bajarlo, y que eso es muy bueno para la salud. Pues el problema no ha sido el subir o el bajar las argollas sino que con el esfuerzo, pues a la Mariló se le ha escapado un ruido de sus entrañas más íntimas seguido de un olor como a gas butano. La Mariló ha soltado las argollas como si llevaran corrientes y ha dicho: pues me voy a eso de las piernas que ya me he cansado y, de un salto, se ha puesto en una cinta a caminar a toda velocidad sin ir a ninguna parte. Y yo pienso que aparte del problema tan grande con las cañerías que tiene el gimnasio y con la peste a butano que echan las argollas esas, porque mi Mariló aunque parezca que si, pues que no ha sido ella, que no voy a volver porque yo no le encuentro sentido ninguno ni al chin, ni al yan, ni a los pesos, ni a la cinta que camina sola, ni a nada de lo que he visto allí. Que prefiero a la Yeinfonda. Fijo.

Este fin de semana, vamos el sábado por el mediodía y el domingo antes de las doce, el sinvergüenza le tocaba llevarse a mi Kevin y a mi Mari Carmen y yo, arrengaíta que voy porque todavía no me he puesto en disposición de la vida desde el día de reyes, pues que cuando se fueron, decidí hacer eso que he leído en las revistas que hacen los artristas cuando están hartos de tó lo bueno, que es hacer una cura de sueño. Yo pensaba que una cura de sueño era que te ibas a dormir como las momías egiptas pero la hija de la Justa que sabe mucho de todo pues me ha dicho que es acostarse y dormir hasta que a una le duelan los cáncamos de los codos. Las artristas también van a esos hospitales que les quitan los michelines pero yo, como no tengo más euros que los que se cuentan con la mitad de una mano, pues he decidido curarme en no comer y beber mucha agua del grifo que tiene mucha sustancia. Pues a las diez de la noche estaba con el estógamo de sinfonía para pianos y trompones en la cama. Cuanto más sonaba el estógamo, pues yo más agua le metía, así que en vez de una cura de sueño he debido hacer una cura de riñones, porque dormir, no he dormido mucho. A las cinco de la mañana, el vecino de abajo empezó a dar con el mango de la escoba, así como con mucha irritación mientras gritaba: Maru hostia, al menos cuando mees no tires de la cadena. Y esta mañana tenía una ojeras que ni la Maria de la O. Así que me creo que a las artristas las deben endrogar o algo para que duerman: sin comer, y con el estógamo cambiando de sinfonías a cada rato... Porque a mí, a las ocho de la mañana, en vez de mañanitas me cantaba la caballeriza rusticana, que ya es un cantar.

Pues que me he despertado con un dolor de espalda horroroso de tanto de limpiar ayer a toda velocidad en el cibrecafé, que yo creo que eso del mister proper pues que es de mentira, porque si el mister proper se hubiera pegado la panzada de limpiar que me dí yo ayer, hoy no podría ir a ayudar a las mas de casa desesperadas y estaría en la cama quejándose a la mistera proper. Seguro. Como era muy pronto, así como de madrugada, pues me he hecho un café y me he conectado y entonces he visto los comentarios de mis fanes. Sólo quiero decirle a todos mis fanes de la galaxia que me he emocionado de ver las cosas tan bonitas y los ánimos tan estupendos que me dan para que me haga cartera. Y si estoy emocionada es porque el piropo más grandísimo que me habían dicho en mi vida era calamidad, porque yo pensaba que calamidad era un piropo hasta que esta mañana lo he buscado en el diccionario de mi Kevin y, no os explico lo que dice la palabra porque me da como un rencor en el celebro que para qué. Y ya está.

Hoy que el Rafa no viene y yo he limpiado más rapido que el mister proper, con la prueba del algodón inclusive en todos los ordenadores, porque limpiar los ordenadores tiene su qué. Las teclas parecen que tengan personalidad ellas mismas y, cuando les vas a pasar el paño, pues como si no fuera con ellas. Menos mal que la Mariló, que la pobrecilla sigue de lios con su sinvergüenza y ahora la veo menos porque dice que el sinvergüenza le quiere ocupar la casa y tiene unos policias vigilándole la puerta del ático y que no se atreve ni a salir a comprar el pan. A ver, que la Mariló me explicó un sistema para limpiar las teclas y ahora cuando me ven llegar tiemblan de susto, sobre todo la q, que es la que más mala leche tiene. De verdad, que debo tener la cabeza perdida, porque no me acuerdo lo que estaba contando. Ah!, lo de la carta!. Bueno, pues que fui a correos y que cuando dejé la carta en certificación yo, que estaba con mucho enfado por el Rafa, pues que le pregunté a la señorita que qué quesitos hacían falta para trabajar en donde ella, y me dijo que echara una solicitud, que yo no sabía lo que era eso, pero la señorita me dió un papel y me dijo que era como un curricán pero para correos y que lo mismo me llamaban pronto porque si no me importaba trabajar de lo que fuera, habían plazas para cartera. Así que les dejé mi nombre y todo lo que me pedían y me fuí con mi ensueñación imaginándome lo guapa que yo estaría con un uniforme amarillo-correos, que a mi el amarillo me queda muy bien.

Esta mañana parece que el Rafa estaba menos atacado y, cuando me ha visto entrar por la puerta del cibrecafé solo ha soltado un gruñido, así como diciendo: grurrrr,grurrr. Yo, como me enseñó mi madre cuando entro a los sitios, he dicho buenos dias al Sumaquer, que cada día me tiene más intrigada, porque no levanta la cabeza del interné, a la Pringui que se estaba tomando su cortaíto como cada mañana y al Rafa, que le estaba sacando brillo desde que he llegado a una cucharilla del café. Ya, cuando me he puesto la bata de limpiar, me he hartado de valor, he ido con decisión al Rafa, lo he mirado a los ojos como vi en una película de la Melanigrifi y le he dicho: - ¿Qué? -¡Que de qué!- me ha dicho el hombre, así como desafinándome. - ¡Que qué has pensado! Parece ser que a algunos seres humanos masculinos no les gusta que una sobordinada se insuburdine y parece ser también que yo tengo los dos requesitos para que el ser humano del Rafa se suba por las parras cada vez que entro en ataques de insuburdinación. A lo que voy, que el Rafa entonces va y me dice: - Que ma dicho lasesó que no hase farta toavía haser linventario, asín que como si no tuviera disho ná. - ¡Y cuando haga falta? le he dicho yo. - Entonses hablaremo. Anda, lleva este sobre a Correos y que le pongan un sello durgentísimo. Y yo, que parece ser también que hago faenas de secretaria, pues me he ido a correos y he tenido una rebelación. Pero eso la escribo mañana que todavía tengo mucho que limpiar.

Que me ha dicho el Rafa que tenemos que hacer un inventario y yo no sé que es eso. Le he preguntado al Chumaquer, que lleva unos días que no sé que está buscando en el interné pero no sale del cibrecafé. Incluso ha hablado con el Rafa para que le haga como un bonobus pero cibercinético de esos. Bueno, a lo que voy: que el Chumaquer me ha dicho que eso del inventario es contar las cosas que tiene el Rafa en el cibrecafé y apuntarlo todo en una libreta, que eso es una forma de saber lo que uno tiene. Entonces he hablado con el Rafa y le he dicho que el inventario lo haga él, que yo con la limpieza, el cobrar y los pinchos en cuatro horas, que yo ya tengo bastante y él, que es un gandulazo de esos que no lo parece porque no para de moverse de un lado a otro sin hacer nada de nada me ha dicho: - Y qué coño quieres que haga???? Que llame al de la Balay para que haga el inventario. Y yo le he dicho: - Mira Rafa, que si quieres que te cuente todo, pues que me pagues horas extras. Y la persona humana de mi jefe ha pasado en un momento a ser la fiera humana de mi jefe y ha soltado por su boca: - Que horas extras y que leshe, ni horas extras ni ná. Que lo hagas cuando acabes tu trabajo y no hay más que dicí. Y yo le he contestado. - Pues cuando acabo mi trabajo han pasado cuatro horas, así que tendré que echar otra hora, porque más no puedo, que tengo que ir a buscar a mi Kevin y a mi Mari Carmen. Y digo yo: que si echo una hora más pues que me la tendrás que pagar, ¿no? Entonces ha empezado a darle manotadas a la máquina del café como si la probe tuviera la culpa de todo y yo me he ido a reflexionar con las patatas y los pimientos.

Esta mañana a las ocho en punto estaba despertando a mi Kevin y a mi Mari Carmen, que aunque no lo parezca, eso de despertar a los chiquillos por la mañana tiene su qué. Y yo me digo a mi misma: Maru, tu despiértalos con cariño, como ves en las películas. Pero a las ocho y media cuando veo a mis dos gansos en la cama y sin ganas de vestirse ni nada, pues que me da un arranque de chillidos que para qué y ya empiezo el corre que te pillo: que la leche, que el bollo, que la bata, que el almuerzo... que no quieres plátano? Pues si el plátano es mu bueno pa la salú, que yo no te compro trigretones de esos, que eso es mu malo. Y luego, cuando estamos listos, corre corre hasta el colegio.Pero eso sí:esta mañana cuando me han dado un beso y se han metido para dentro, como que he sentido una liberación total y me he dicho a mi misma: Pues vamos a de celebrarlo. Lo primero que he hecho ha sido pasar por el cibrecafé y decirle al Rafa que me diera dinero para comprar güevos y patatas para los pinchos y que llegaría en dos horas. - Maru, no tienes morro ni ná - me ha dicho el Rafa por lo de los dineros y las dos horas esas que el dice que son "fundamentalistas para el negosio". Pero yo hoy no le he hecho ni caso. Y lo segundo que he hecho ha sido irme DERREBAAAAAAAAJAAAAAS!!!! He entrado en una tienda de esas que venden ropa muy modelna para tallas grandes y me he comprado una falda de la talla pequeña y dos jerseises: uno rosa y otro amarillo limón, más bonito que todas las cosas. Luego me he ido a una zapatería y me he comprado unos moscasines negros muy bonitos también y muy derrebajados, y después he ido a comprarles a mi Kevin dos chandales y un pijama que lleva el doreimon y a mi Mari Carmen dos chandales también y un camisón con las tangagels monísimo. Y para acabar he comprado los güevos y las patatas y me he ido a dejarlo todo a la casa con la misma liberación del principio cantando la canción de la Macarena, que hasta el Bilclinton la cantaba cuando estaba contento como yo, pues eso que me pierdo, que me he ido al cibrecafé a hacer tortillas. Y ya está

Eran las ocho de la mañana cuando mi Kevin soltó un grito desgarrador: los reyes habían venido y le habían dejado el barco de piterpan, la casa del robinjud unos retuladores muy bonitos y una bolda de chuches. A mi Mari Carmen le habían dejado la ropa del Zara y unos pendientes muy bonitos de colorines de los jipis y otra bolsa de chuches. A mí me dejaron una bolsa de chuches que también me gustan. Mi Kevin fue corriendo a la cocina para ver si se habían comido los polvorones y el colacao y al ver que el plato estaba vacío me dijo: Ves mama como a los reyes le gustan los polvorones. Y todo pasaba como un día de reyes cuando llamaron a la puerta: el sinvergüenza con su regalo. A mi Kevin le había traído el disfraz de la masa que del toisarás no lo sacó seguro y a mi Mari Carmen unas botas de color rosa que le gustaron mucho, mucho, mucho. Y el sinvergüenza me dice: Maru, que no te voy a disí que lo intentemo porque siempre me dices que nanai de la china, pero si que me pués invitá a un café. Como amigos, vamo. Y yo que soy una blanda le dejé que se tomara un cafelito con leche con madalenas que parecía que no había comido en tres meses porque se comió cinco madalenas, tres sobaos y dos vasos de agua. - Habría que ir pensando en irse- le dije después de ver que se espanzurraba en los sofanes mientras le montaba el barco pirata del piterpan a mi Kevin. - Muhé, espera que le monte al chiquillo esta atrasión y adespués me voy. Y yo me esperé hasta un rato y le dije: - Mira Paco, que ya está. Ala, que ya verás a los niños el sábado, que ahora tengo cosas que hacer. Y el sinvergüenza dejo las piezas confundidas porque puso la puerta del barco del piterpan en la del robinjud, le dió dos besos a mi Kevin y a mi Mari Carmen y salió por la puerta como un corderito. Lo curioso es que ni mi Kevin ni mi Mari Carmen levantaron la cabeza para decirle adiós. Y yo me pienso que si a mi los reyes me hubieran traido la termomix de seguro que tampoco levanto la cabeza.

Pues no quiero contar lo malísima que ha sido la semana pasada, que he trabajado tanto que tenía arneas de esas que te quedas sin respiración y te pones colorada, porque a mi las arneas me dan de dia, porque como de noche estoy durmiendo pues no sé si me dan. Pues el día de antes de los reyes me fuí como las locas a comprarle los regalos a mi Kevin y a mi Mari Carmen. Si no fuí antes es porque el Rafa no me pagaba los dineros extras que me debía y claro, el dia de antes de los reyes pues me planté y le dije que o me pagaba o me iba a poner a dar chillidos y claro, el Rafa, eso de pegar chillidos pues no lo ve muy bien, así que sacó su cartera y me pago todo, todo, todo. El Migue me esperaba en la calle con mucha preocupación porque estaba en lo de la cabalgata y el rey Melchor se les había puesto malo y no tenían otro rey Melchor, así que le dije: mira Migue, si tu me sesoras bien sesorada con los regalos y me acompañas al tois arás a comprarle los regalos a mis niños, yo me disfrazo de rey Melchora y tiro caramelos o lo que tengáis para tirar. Y como le gustó muchísimo mi idea, pues me acompañó a pelearnos por el barco pirata del piterpan y por el árbol del robinjud, porque como era el último día pues sólo le quedaban algunas existencias, que eso era lo que decía el papel colgado en la puerta y claro, habían más personas humanas como nosotros intentando llegar al barco pirata del piterpan y al árbol del robinjud que existencias de esas, pero cuando las otras personas humanas fueron a llamar al encargado de la tienda, el Migue ya había atrepado por las estanterías y tenía en su poder las dos únicas existencias del piterpan y del robinjud. Cuando conseguimos salir de allí, nos fuimos al Zara para comprarle una falda modelna a mi Mari Carmen y un jersei de rayas muy modelno también. Después me fui a ver a la Justa y pedirle que llevara a los niños a la cabalgata, porque el sinvergüenza, que había dicho que vendría, pues que no podía porque estaba en el tois arus peleando por varias existencias de esas que ya no quedaban. Le dije a la Justa que yo iba a hacer de rey Melchora, pero que no le dijera nada a mi Kevin y a mi Mari Carmen que ellos creían todavía en los reyes. Como la Justa sabía que le estaba haciendo un favor a su hijo, el Migue, pues dijo que vale, pero que no les daba de cenar. Así que a las 6 de la tarde, en la asociación de vecinos del barrio me pusieron una capa, una barba, un bigote, unas cejas, unos guantes y una corona hecha por las pensionistas y me ayudaron a subirme a un tractor que era lo único que habían conseguido para la cabalgata. A las 7 saliamos los 2 reyes y yo y los tambolirelos y las mayoretes y la guardia urbana con sus luces azules. ¡Como me lo pasé tirando caramelos!¡Parecía el rey Melchora loquita de ilusión y de alegría! Los niños decían aquiiiiiiii, aquiiiiiiiii y yo venga lanzar caramelos a tronche y monche. Al girar por mi calle, allí , vi a mis niños gritándome aquiiiiiii Melchor, aquiiiiiiiiiii y me tuve que callar la boca porque a puntito estuve de decirles: niñoooooos que soy la mama, pero pensé que les daría un pasmo, así que les tiré varios puñados de caramelos y a punto estuve de bajarme del tractor y arrancarle los pelos a una señora que le quitó un caramelo a mi Mari Carmen. Pero eso no lo hace cualquier rey que se preste, aunque sea el rey Melchora.

Ayer, que era fin de año y que el sinvergüenza le tocaba llevarse a mi Kevin y a mi Mari Carmen y que ellos no querían irse pero yo les obligué, pues ayer en cuanto me quedé sola pensé que lo que tenía que hacer era divertirme, porque digo yo, una persona humana como yo tan trabajadora y tan liberada pues en fin de año lo que tiene que hacer es divertirse. Bueno, pues llamé a la Pringui, pero no podía quedar porque se iba a la casa de su hermana la de Tarragona, que aunque no tenía ganas ninguna dice que es el día que se reunen toda la familia, inclusive su hermano de Murcia que dice que es un poco borde, pero que ya se sabe, que hay que aguantarlo una vez al año. Pues eso, que siempre me voy por los progelomenos esos y me pierdo. Que la Pringui no podía ni la Mariló, que no explicó lo que pasó porque es más largo que lo de la Pringui. Sólo me quedaba decirle algo al Migue, pero el Migue había quedado con sus colegas del trabajo de los autocares y que tampoco podía y ya ves, que me encontré yo, sola en mi casa, sin de celebrar el fin de año con nadie y como con una cosa ahí por el pecho que lo que me daban ganas era de llorar y de llorar. Y me puse la tele para ver los espectáculos de variedades esos que hacen en la televisión, y me preparé las uvas y me las comí todas: las mías y las de mis niños y luego, después de las doce, cuando era ya el año nuevo escribí tres cosas en un papel, que son estas: 1. Este año me apuntaré a un cursillo para aprender palabras y no ser tan innorante. 2. Este año me iré de vacaciones con mis niños 3. Este año seré feliz. Y después de escribir en el papel todo esto, pues pensé que lo mejor que podía hacer era acostarme.