Neko

Pues no tuve ni tiempo de seguir los consejos de mis fanes porque mi Mari Carmen seguía encerrada en el váter de llorando y de llorando más que la Maria de la O, y yo, al otro lado de la puerta diciéndole que saliera. Pero la niña que no salía. Después de estar media hora que de insistirle y ella no queriendo ni oirme, pues me callé la boca. Me senté en el suelo y me puse a llorar también porque la niña tenía razón. Al cabo de un rato de estar llorando, mi Mari Carmen abrió la puerta y al verme allí, pues se sentó a mi lado y siguió llorando. ¡Ayyyyyy que jartá de llorar que nos pegamos las dos! Pero claro, el suelo de mi casa como no tiene parqués ni nada, pues después de un rato de estar allí puestas, pues notamos como el frío se nos metía en el hueso, así que le dije a mi niña: "Mari, vámonos a los sofanes y hablamos un poco". Y mi Mari Carmen, que es un ángel, pues se vino conmigo al comedor y yo la abrazé y le dije que le compraría unas bragas de esas tangas que yo sé que le gustan pero que le da vergüenzas decírmelo, y que le compraré también una camiseta de esas negras y con letras rojas con una flecha para abajo que dicen "sólo me lo toco yo" que yo no sé muy bien lo que quiere decir pero que a las chicas les causa pavor de ese y sólo quieren llevarla puesta cuando van a la disco. También le dije que la quería más que a mi vida. Y, al final le pedí perdón. Y ella me dió un abrazo muy grandísimo. Y yo me sentí como la Yulicristi en la pelicula aquella de la familia Trap.