Neko

Que resulta que esta mañana, pero muy temprano han empezado a dar golpes a la puerta, porque no tengo timbre, que lo quemó mi Kevin probando a ver cuanto podia aguantar con el dedo puesto en el aparato sin que le diera un calambre hasta que el timbre empezó a echar humos y mi Kevin se quemó el dedo y yo le dí un chillido y luego le di besos. Bueno, a lo que voy, que esta mañana he dado un brinco cuando han empezado a aporrear la puerta y al abrirla, pues me he encontrado a el Migue más blanco que la cal. Ha entrado directo a los sofanes, se ha sentado todo lo largo que es él y luego se ha puesto las manos en la cara y me ha dicho: ¡Ay Maru, que esta noche ha venío el Bradimí y sa llevao laPriti! Y yo le he dicho:¿Quieres un cafelito con leche? Y él ha seguido: Pues el Bradimí ha cogido la dao dos hostias a la Priti y cuatro puñetasos a mi persona y se la llevao a no se aonde. Y como he visto que el Migue seguía hundidito perdido pues le he vuelto a decir: ¿Quieres el cafelito con leche con una o dos cucharadas de azúcar? Y el Migue me ha dicho: Coñío Maru, que lo que yo quiero es morinme ahora mismo. Y entonces me he ido a la cocina y he preparado dos cafelitos con leche con madalenas y lo he sacado en una bandeja que me regaló la Mariló que se ve un muchacho en bicicleta vestido de antiguo. A ver: que cuando he sacado el cafelito con leche le he dicho al Migue: Anda, toma el café que verás las cosas más distintas. Y el Migue se ha tomado el cafelito sin rechistar y luego me ha dicho: ¿Qué hago Maru? Y yo, con decisión le he dicho: Pues llamar a la policía, que vamos a hacer. Pero el Migue no quería llamar a la policía porque decía que el Bradimí mamenasao con rajamme como a un animá si se mocurre llamar a la policía y con la Priti iguá. Pues ya me dirás tú! -le he dicho yo. ¡Pues yo no sé!-me ha dicho el Migue. Y después de un rato de no saber, hemos pensado que a lo mejor la Pringui si que sabía, así que la hemos llamado. Y continúo mañana porque o pongo orden con mi Kevin y con mi Mari Carmen o esta noche vienen los del Ceseis a mi casa