Neko

Esta mañana en cuanto me he levantado y siguiendo los consejos de una fan que me ha salido y que se llama Yeni, le he preparado a mi Kevin para desayunar unas torrijas con azúcar que a él le vuelven loco. Pero no, ni las ha probado, ni las ha mirado, es más, las ha apartado de su vista y yo he notado como mi corazón me daba un crujido. Ya, hundidita como estaba, va y me dice: Mama, no me vas a comprar por unas torrijas. Y yo, no sé, en vez de ponerme loca como me pongo otras veces, y esta vez era para ponerme loca pero de verdad, no sé, como que me ha dado mucha pena y me he sentado y me he comido las cuatro torrijas con azúcar, con lo que engordan, mojadas en café con leche. Entonces ha ocurrido un portergeis: Mi Kevin me ha mirado con cara de espanto de ver que no iba a contraatacarlo y me ha dado un abrazo. Mama, recogeré mi macron machine, te lo prometo. Y yo, con un nudo en la garganta porque me atragantado por la torrija y por la emoción y, de verdad, las dos cosas a la vez son horrorosas porque no sabia si toser o llorar, entonces le he dicho: Cariño, mi Kevin, yo nunca mas te daré un tortazo, te lo prometo también. Y me he puesto a partir el huevo para hacerle las torrijas a mi Kevin con tanto brío que por poco lo descontruyo como ese cocinero tan moderno que sale su foto en un caldo de pollo.